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Por Enrique C. Rodríguez
La primera edición de la Obra Completa del poeta Francisco López Merino se realizó en nuestra ciudad
No es propósito de esta nota abundar en detalles biográficos del joven poeta platense, quien se quitara la vida en su ciudad natal en 1928.
Sobre sus méritos literarios y su temprana muerte existen abundantes y valiosos testimonios. Así, por ejemplo, el libro de María MINELLONO “El universo poético de Francisco López Merino: estudio preliminar, recopilación de la obra completa, bibliografía y notas”. La Plata, Al Margen, 2000.
Apunto aquí a recordar un Azul progresista, culto y pujante que múltiples causas han contribuido a desdibujar.
El 30 de agosto de 1931 la imprenta de los Sres. Placente&Dupuy (cuya valiosísima historia está aún por escribirse) publicaba en nuestra ciudad un cuidado volumen de 246 págs. el cual recogía, por primera vez en el país, los poemas de “Panchito” López Merino.
Incluía “Tono menor”, “Las tardes” y “Últimos poemas”.
Testimonios de Pablo Rojas Paz, Jorge Luis Borges, Ricardo Molinari, González Carbalho, Fernández Moreno, Pedro Miguel Obligado, Mary Rega Molina y C.M. Podestá homenajeaban al joven suicida en su persona y obra.
“Caras y Caretas” se hizo eco de esta publicación en la sección “Los Libros” de Raúl P. Osorio. Señalaba el columnista que: “No se dice en este volumen quién sufragó la obra. A este anónimo generoso “bástale la satisfacción de cumplir con un deber de cultura y amistad”. Para finalizar aseverando que la impresión ha sido cuidada con esmero y buen gusto.
QUIÉN Y POR QUÉ EN AZUL
Si bien no sabemos con certeza quién o quiénes propiciaron la edición que nos ocupa, hay bastantes indicios que nos permiten encaminarnos hacia una respuesta.
La relación de López Merino con Azul y en particular con Bartolomé J. Ronco y los amigos que formaran el grupo editor de las revistas “Biblos “(1924-1926) y “Azul” (1930-1931) tiene bases sólidas.
El joven poeta integraba el Consejo de Redacción de “Biblos”, y allí publicó dos colaboraciones: la primera de ellas, el poema “Las nubes”, que dedicó a la revista, luego recogido en la Obra Completa. (“Biblos”, Año I N°3, Junio-Julio 1921).
Su segunda entrega fue la “Balada de las primeras rosas”, que no fue reproducido en la Obra Completa (“Biblos”, Año II N° 8-9. Enero-Junio 1925).
Obsérvese también que la publicación de Placente&Dupuy es contemporánea con la colocación del busto a Panchito en el Paseo del Bosque de La Plata, obra de Agustín Riganelli.
Cuenta “La Nación” en su edición del 25 de julio de 2004 que el busto se instaló en 1931, tres años después de la muerte del poeta. La inscripción (“En la mañana busco la noche”) fue redactada por Pablo Rojas Paz y, simultáneamente con su inauguración, hubo un acto en el Teatro Argentino “en cuyo transcurso se presentó un tomo con la obra total de este poeta.”
Ese año Rojas Paz codirigía la revista “Azul” junto a Bartolomé Ronco. La estrecha relación entre ambos es a mi juicio una fuerte prueba de que la Obra Completa de López Merino se realizó en nuestra ciudad por su intercesión, y la energía inagotable de Don Bartolomé.
A Francisco López Merino
Si te cubriste, por deliberada mano, de muerte,
si tu voluntad fue rehusar todas las mañanas del mundo,
es inútil que palabras rechazadas te soliciten,
predestinadas a imposibilidad y a derrota.
Sólo me queda entonces
decir el deshonor de las rosas que no supieron demorarte,
el oprobio del día que te permitió el balazo y el fin.
¿Qué sabrá oponer nuestra voz
a lo confirmado por la disolución, la lágrima, el mármol?
Pero hay ternuras que por ninguna muerte son menos:
las íntimas, indescifrables noticias que nos cuenta la música,
la patria que condesciende a higuera y aljibe,
la gravitación del amor, que nos justifica.
Pienso en ellas y pienso también, amigo escondido,
que tal vez a imagen de la predilección, obramos la muerte,
que la supiste de campanas, niña y graciosa,
hermana de tu aplicada letra de colegial,
y que hubieras querido distraerte en ella como en un sueño.
Si esto es verdad y si cuando el tiempo nos deja,
nos queda un sedimento de eternidad, un gusto del mundo,
entonces es ligera tu muerte,
como los versos en que siempre estás esperándonos,
entonces no profanarán tu tiniebla
estas amistades que invocan.
Jorge Luis Borges. “Cuaderno San Martín”. 1929
“El homenaje está cumplido. El tiempo cuidará de este volumen” dice el anónimo prologuista en el libro que comentamos. Y vaya que sí.
Creado: 2019-06-27 18:57:25 - Modificado: 2019-06-27 18:57:25
Silvia dijo:
Muy bueno Enrique!!!!
2019-08-14 10:00:33
Ezequiel - ([email protected]) dijo:
Estimado Enrique. Podrías reproducir el poema que escribe Pedro Miguel Obligado a Francisco Lopez Merino? Muchas gracias.
2020-06-06 02:45:00
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