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Por Mabel Benavídez de Albar Díaz
La autora es sobrina nieta de Vicente Porro, nieta de la azuleña Rosa Porro de Pelle, hermana de Vicente Porro e hija de la azuleña Amanda Pelle Porro (1915-2001).
Una versión de este trabajo fue presentada en el “Primer Encuentro Bonaerense de Memoria e Historia Oral”, Chivilcoy, 22 y 23 de octubre de 1998.
"Si bien hay que pensar en el porvenir, es conveniente también conocer el pasado, y no sólo investigar cosas grandes, [...] sino también investigar cosas chicas, como el origen y la formación de un grupo, o de un pueblo y su desarrollo hasta la actualidad"
Vicente J. Porro, Coronel Pedro Burgos, p.3.
El pensamiento que Vicente Porro tenía acerca de la investigación histórica nos habla de un hombre adelantado y criterioso, de un personaje diferente, que valora lo simple como originador de algo mayor que permanece en el tiempo. Estas ideas, junto al recuerdo de sus hijas y sobrinos nos posibilitaron la reconstrucción de su biografía, de su fuerte influencia en la cultura de Azul y de su relación con los ámbitos científicos de los azuleños durante gran parte del siglo XX. Es así que armamos su biografía con elementos de la vida cotidiana aportados por la oralidad y la memoria, pues historiadores azuleños no podrían acceder en el futuro a lo que pudimos recuperar desde un lugar tan lejano a Azul como es San Juan, donde se recopilaron gran parte de los recuerdos que lo presentan como un hombre notable y pintoresco. Las fuentes documentales tradicionales, muchas de las cuales están presentes en Azul, pudieron ser combinadas con esos recuerdos, con elementos materiales y fotos para darle vida a la reconstrucción de la ardua tarea que Porro llevó adelante en su pueblo natal.
Por medio de las comunicaciones disponibles, en 1998 nos contactamos con las hijas de Vicente Porro, Violeta, en Azul y Angélica en Cipolletti quienes nos aportaron gran cantidad de material relacionado principalmente con la vida pública de Porro, como publicaciones, informes periodísticos y sus propias investigaciones. Nos dirigimos a instituciones de Azul donde él tuvo actuación, como el comité local de la Unión Cívica Radical, que respondió con abundante material. Mientras eso ocurría, por vía telefónica, epistolar y en forma personal se puso en movimiento a sus ancianos sobrinos y a una sobrina nieta de Capital Federal y de San Juan. La sobrina Isabel Pelle Porro, de 92 años, respondió por carta desde la Capital Federal. La sobrina nieta Margarita Pelle contribuyó por fax, teléfono y carta. Los otros tres sobrinos Pelle-Porro, Edmundo, Amanda y Yolanda fueron entrevistados personalmente en San Juan, donde vivían desde hacía muchos años, y también respondieron por teléfono y por escritos acerca de su querido Tío Vicente. Decidimos entonces usar las fuentes tradicionales, publicaciones y escritos de Vicente Porro y acerca de él, principalmente para su vida en el ámbito público y los relatos y aportes de sus sobrinos para el ámbito privado.
Vicente Juan Porro Galli
El matrimonio de Vicente Porro y Raquel Galli, ambos italianos de las afueras de Milán, se radicó en el pueblo de Azul no mucho antes de 1875 donde tuvieron seis hijos, dos varones y cuatro mujeres. Comentan los descendientes que eran propietarios de tierras cerca de Shaw desde poco tiempo después de llegar a la Argentina. El 12 de febrero de 1887 nació Vicente Juan, el menor de todos los hijos y del que nos ocuparemos.
Hizo la escuela primaria en la Escuela Normal Mixta de Azul y la secundaria en el Instituto Popular de Enseñanza de Azul, que era incorporado al Colegio Nacional de La Plata. Cuando en 1905 estaba en el último año, fundó el Centro de Estudiantes Nacionales de La Plata, junto con su amigo Félix Liceaga, que años después, y ya siendo médico especialista llegó a ser Director del Hospital de Niños de Buenos Aires. Con dieciocho años Vicente fue el primer presidente del citado Centro. Ese mismo año también fue socio fundador de las Sociedad de Socorros Mutuos de Azul. Al año siguiente estuvo unos meses estudiando Medicina en La Plata y respecto a eso contaba su sobrina Isabel:
- Me acuerdo de haberle escuchado a mi abuelita Raquel, que ya era viuda para ese entonces, que Tío Vicente le escribía desde La Plata diciéndole: 'Si quiere ver a su hijo muerto, déjeme aquí', o sea que no le gustaba estar allá estudiando. Entonces la madre le dio el consentimiento y se volvió a Azul.
Ese año de 1905 muy activo para Vicente que estaba en la efervescencia de su juventud. Su hermana Rosa, la menor de las mujeres, se casó con el constructor italiano César Pelle, del que él luego se haría gran amigo. Ya de regreso en Azul y con sólo 19 años Vicente fundó la revista ilustrada Juventud, dedicada a temas sociales y literarios de actualidad que fue todo un éxito en Azul; se afilió a la Unión Cívica Radical en el comité del pueblo; se afilió también al Movimiento de Libre Pensamiento donde actuó como Secretario de Propaganda. Al año siguiente fue uno de los fundadores de la Sociedad de Fotógrafos Aficionados, habiendo llegado a distintos miembros de la familia numerosas fotos sacadas por él, por lo que su rostro nunca aparece en los álbumes familiares, pues él era el fotógrafo. Respecto a eso su sobrina Amanda recordaba:
- Amanda, he sabido que a su tío Vicente le gustaban mucho las fotos ¿usted sabe algo de eso?
- Si, realmente era muy aficionado a la fotografía y por eso siempre sacaba fotos a la familia. Tengo fotos de la abuela Raquel (Galli de Porro) y de toda la familia, sacadas por él en la década del 20 y de antes también. Él siempre andaba con todas las novedades.
En 1908 hizo el servicio militar en el Regimiento 2 de Zapadores Pontoneros y pocos años después de regresar se radicó en el campo familiar, para dedicarse de lleno a la agricultura y cría de animales.
Según los archivos, en 1918 se incorporó a la Biblioteca Popular de Azul, que había sido fundada a fines del siglo anterior. Fue ocupando distintos cargos en la comisión de la Biblioteca y también confeccionó el índice analítico de Paleontología y Arqueología, su gran debilidad.
En 1921 con sus amigos Bartolomé J. Ronco, Robin, Marín, Mildoneo Sánchez, Bordaberry, Ducos y César Pelle, que eran conocidos como El grupo Ameghino, fundaron la Asociación Ameghino donde intercambiaban ideas acerca de la paleontología y la arqueología, la gran curiosidad en ese momento, y donde fue designado Secretario a perpetuidad. En los diarios El Comercial, El Ciudadano y El Tiempo publicó numerosos artículos sobre temas de arqueología y paleontología y también por los diarios sabemos que en varias oportunidades ofreció disertaciones al respecto.
A esa primera parte de la década del 20 corresponden la mayor parte de recuerdos de sus sobrinos. Amanda, quien había nacido en 1915 dijo:
- Tal vez por ser soltero y sin hijos hasta muy mayor, tío Vicente se inclinaba mucho por nosotros, los nietos Pelle, que éramos ocho. Venía muy seguido a mi casa, porque se había hecho muy amigo de mi papá, César Pelle. Mi papá era genovés y era muy instruido; sabía varios idiomas y era constructor. Ellos dos salían juntos en unas excursiones y buscaban fósiles por los campos cercanos al Arroyo Azul y a veces iban a Sierras Bayas [...] En su casa del campo, cerca de la Estación de Shaw, Tío Vicente tenía una vitrina llena de puntas de flechas y restos de huesos. Creo que después las llevaban a un museo.
En una carta de 1984 a su hermana Amanda, su sobrino Vicente Pelle cuenta:
- ... te diré que eso de la paleontología siempre me gustó, será porque nos llevaban de pibes a buscar fósiles a las barrancas del Callvú-Leuvú, cuando papá iba con el Dr. Pouyssegur y tío Vicente y como recordarás, muchos de nuestros juegos los hacíamos con restos de caparazón de gliptodontes.
Isabel también recuerda en una carta:
- Tío Vicente se dedicaba con mi papá a la arqueología; sacaron del Arroyo Azul los restos de un gliptodonte, que armaron pieza por pieza y lo regalaron al Colegio Nacional.
El mismo Vicente J. Porro, en su Catálogo Ilustrado del Museo Etnográfico hace descripciones que coincidirían con lo aportado por sus sobrinos, quienes para la época de los relatos eran casi niños:
El Nº 3608 corresponde a un molar de Mastodontes Rectus, que vivían en el pampeano lacustre en toda la llanura de Bs. As. En excavaciones anteriores encontramos en el arroyo Azul a la altura del campo Adrogué un molar fósil de esta especie. Por estudios realizados y por distintos huesos hallados, se establece que eran animales de gran talla.
[...] los instrumentos de piedra que son quince raspadores de silex y cuarzo, encontrados en el cuartel 10 de Azul, lo que supone que ahí hubo un paradero de aborígenes, y cuatro puntas de flecha que revelan un trabajo muy esmerado, sacados en la Laguna La Barrancosa.
[...] puntas de lanza y flechas, cuchillos, raspadores, sierras, lajas, etc. confeccionadas en cuarzo, cuarcita y silex, proceden de Sierras Bayas y Azul. [...] Los gliptodontes pertenecen a la familia de los desdentados, y eran animales acorazados como las mulitas y peludos actuales.
[...] El Arroyo Azul, en la parte que hemos recorrido y de acuerdo con Alcides Mercerat, hasta la altura de Parish, es un verdadero depósito de fósiles ... hemos encontrado algunos de pie como si se hubiesen enterrado en el barro. [...] Tenemos la base del cráneo de un Scelidontherio Leptocephalim (Owen) del loess pampeano [...] encontrado completo en el Arroyo Azul.
[...] En la parte inferior de este mueble podemos apreciar otros fragmentos de Gliptodonte encontrados en las excavaciones mencionadas anteriormente
[...] fueron halladas en la margen izquierda del Arroyo Azul a la altura de la calle 9 de Julio[i].
Los Porro vivían en la calle 9 de Julio cerca del arroyo Azul, o sea que los hallazgos eran prácticamente "a la vuelta de casa". Se aprecia coincidencia en varios artículos de los mencionados por Porro, con lo que los sobrinos recordaban a setenta y cinco años de los hechos.
Por otro lado, las idas al campo de estos niños de familia numerosa, a cargo del tío solterón, eran de los episodios más recordados por estos ancianos y que nos permiten conocer cómo era la vida rural en la década del 20. Amanda lo relata así:
- Nosotros íbamos a la Escuela Provincial Nº 17 de Azul y en nuestras vacaciones escolares cargaba su Ford T con provisiones para varios días -bolsas de galletas marineras, harina, azúcar, café- y partíamos al campo a cargo de tío Vicente.
Edmundo lo veía de esta forma:
- Cuando llegaban las vacaciones, si pasábamos de grado, nos llevaba al campo en el Forcito a 'bigote', de los primeros que hubo (y hace un dibujo para explicar eso del “bigote”). El recorrido era a través del campo; si mal no recuerdo eran seis leguas; la primera odisea era que arrancara; si no, había que levantarle la pata derecha, o sea la rueda y para eso tío tenía un palo hecho a medida y había que darle 'cuerda'. Cuando arrancaba lo cargábamos y nos íbamos. Llevaba una bolsa grande de galletas criollas, los primeros días se cortaban, luego se golpeaban sobre la mesa y se partían en mil pedazos. Te digo que eran riquísimas, o sería que no había otra cosa. Eso sí, había verdura en abundancia.
[...] Otra aventura era que no había caminos, teníamos que cruzar un arroyo o canal, entonces los varones nos bajábamos a poner unas tablas... y había que rogar que no le escape con la rueda. Cuando llegábamos había que guardar el auto y como el galpón era bajo, había que bajar la capota, para lo que por lo menos teníamos que hacer un curso.
Isabel, por ser la mayor, así recordaba el auto de su tío:
- Los sobrinos íbamos con él a la estancia a pasar las vacaciones; al principio íbamos en el break que tenía dos hileras de asientos; años más tarde compró un coche Ford T.
El Ford T, signo de progreso, fue recordado en forma muy similar por los tres sobrinos. Remplazó al break, se podían cargar en él las abundantes provisiones y la familia, y tuvieron que ir adaptando el nuevo vehículo a la infraestructura edilicia de que se disponía.
Una vez llegados al campo, los relatos nos describen detalles cotidianos de la tarea agrícola de la época.
- Edmundo ¿ qué recuerda de lo que hacían en el campo de su tío?
- De eso no me puedo olvidar ... acordate que nosotros vivíamos en el pueblo y no éramos tan grandes. Para el tiempo de la siega del pasto, el tío manejaba la segadora, mi hermano Vicente el rastrillo que lo iba amontonando, luego se cargaba y se encastillaba. A nosotros nos hacía trabajar, pero él estaba siempre en todo... era muy trabajador... siempre estaba laburando.
[…]
- Amanda, ¿recuerda algo de lo que hacían en el campo de su tío Vicente?
- Claro ¡cómo no me voy a acordar! ... Él era una persona muy emprendedora y progresista, fijate que tenía granja y tambo con todas las maquinarias; tanto los huevos como la leche y crema que obtenía, se llevaban en carro hasta la estación del ferrocarril, creo que se llamaba Shaw. También recuerdo que a mis hermanos varones los hacía ayudar cuando cortaban alfalfa y lino.
A este respecto Edmundo dijo:
- Otra industria que instaló tío para intentar fortuna fue la crema de leche. Para eso compró una máquina desnatadora movida, no por electricidad, pues no había, sino por la fuerza humana, o sea, por la fuerza de la manija movida por los sobrinitos o algún invitado, cuando íbamos! Por un lado salía la crema, con la que los de la manija reponían fuerzas metiendo el dedo en el tarro, y por otro lado salía el suero que también lo vendían; lo extendían en el suelo y cuando se secaba lo vendían también para hacer botones, creo. Los tarros con la crema los envolvían en bolsas mojadas y al otro día muy temprano Don Vicente partía con el vagón de cuatro ruedas hacia la estación del ferrocarril.
Por otro lado, las fuentes tradicionales nos informan que en 1924 Vicente Porro participó como iniciador y fundador de la Cooperativa Granjera Azuleña; también fue promotor de las bibliotecas ambulantes para las escuelas rurales y siempre hacía donaciones de libros. En 1926 se inició, dentro de la Sociedad Rural a la que pertenecía, como Jurado de Avicultura y Granja, por nueve años, y Jurado de Admisión de Bovinos, por cinco años. Con ese frío informe no podemos saber qué estaba ocurriendo puertas adentro del campo. Los informantes entre sí son coincidentes en sus relatos y por las edades posibles de los sobrinos Vicente y Edmundo, es factible que pudieran mover la desnatadora y recordar a su tío saliendo temprano hacia la estación Shaw. Sin embargo, al consultar a la sobrina Yolanda, nacida en 1918, dice que a ella no la llevaban mucho al campo y que no se acuerda porque era muy chica.
Con respecto a los pollos criados como actividad rentable ya Amanda aportó que vendían los huevos y Edmundo agregó lo siguiente:
- ... también tenía un gran criadero de pollos ... tenía que estar alerta en las noches con la escopeta para correr las comadrejas que se metían por arriba... había un perro guardián que le avisaba por cualquier emergencia...
A Isabel, la mayor, le preguntamos especialmente:
- ¿Qué producía su tío en el campo?
- Tenía hacienda, vacas, hacían quesos, manteca, todo a mano, no había corriente en ese tiempo y nos alumbrábamos con kerosén. Después puso granja, crió gallinas, pollos ... y vendía huevos y todo lo que producía a las confiterías y negocios de Azul. Al Azul iba dos o tres veces por semana".
En una carta de 1984 Vicente Pelle contaba a su hermana Amanda respecto a los pollos:
[…] Te cuento que papá, (César Pelle) había aprendido a capar pollos con tío Vicente. Una vez fuimos al campo de Acosta, en Ariel y caparon diez... no vivió ninguno, no sé qué pasaba que se les murieron todos. Eso se ha suplantado ahora con el alimento y el lugar reducido, pero para esa época era lo más nuevo para que crezcan rápido[…]
Todos los aportes de los informantes son coincidentes con los informes institucionales que lo ubican en las asociaciones productivas que se iban formando y se infiere que estaba en un período de gran impulso en la cría de aves.
La vida privada doméstica y los entretenimientos de estos jóvenes en el campo con su tío Vicente Porro, pudimos conocerlos hasta con lujo de detalles aportados por los sobrinos:
- Amanda, además de trabajar en el campo ¿qué hacía su tío con ustedes para poder tenerlos tantos días?
- Esas son las cosas más lindas que me acuerdo! Por las tardes llevaba a los niños a cazar peludos o a pescar anguilas en un cañadón que atravesaba el campo. Para los peludos llevaba perros que le ayudaban a cavar hasta que encontraban al animal que después era nuestra cena o almuerzo. Lo daba vuelta, lo destripaba, condimentaba y así lo ponía al horno de la cocina económica. ¡Qué rico era el peludo! Nunca más volví a comer; acá en San Juan no hay esos bichos. A las anguilas también las comíamos. También usaba los huevos de avestruz para hacer biscochuelos en el horno de la económica. [...] Como tío siempre andaba con las novedades, me acuerdo que compró una olla nueva que se llamaba "express", pienso que fue la antecesora de la olla a presión, era más grande que las de ahora y tenía unos tornillos arriba. Todos estábamos alerta para oír cuando sonaba un silbato: era señal de que el puchero ya estaba listo.
Edmundo recordaba un toque de humor de su tío:
Tío tenía una olla tipo presión. Mi hermano Vicente lo cargaba, tío se reía y le decía: "ya te va a tocar el pito", porque en las indicaciones decía que con sólo 5 minutos de combustible después de que toca el pito, ya está lista la comida! Nos divertíamos mucho en lo de tío... y también hacíamos picardías... en las siestas, que eran religiosas, nos metíamos donde tenía un baúl con llave con unas revistas prohibidas... y nos hacíamos la fiesta!
Isabel con brillo en los ojos dijo:
-Poco después del 20, cuando salió la radio, fue uno de los primeros en comprar una radio a galena; no había luz eléctrica y se escuchaba lo mismo... algunos pensaban que había alguien atrás hablando.
Con respecto a lo de la radio Edmundo dijo:
Apenas salió la novedad de la radio a galena mi tío la compró; era una piedrita que la tocaba un aparatito y sintonizaba; nosotros nos sentábamos alrededor, arrimábamos el oído... y algo se oía. También nos entreteníamos escuchando a tío cuando tocaba la guitarra, pero poco le hacía...
Además de todos estos progresos y entretenimientos domésticos, Don Vicente Porro era un gran amante de las plantas de jardín así como de recorrer los alambrados después de tomar unos amargos. Su sobrina Yolanda también lo recuerda como un hijo muy respetuoso y cuidadoso de su madre, con la que vivía, por ser soltero. Por estar muy enferma Doña Raquel Galli de Porro, ya mayor, Vicente le fabricó un sistema para que no se escare con el roce de las sábanas, pero no se acuerda exactamente cómo era.
En la vida pública vemos al Porro que era radical desde muy joven y que en 1925 fue elegido concejal Municipal de Azul, cargo que desempeñó por tres períodos. Los sobrinos recordaban que su padre se afilió al radicalismo, a pesar de ser italiano y de no participar en política para ayudarle en las elecciones. Vicente fue muy activo en esas funciones. Junto con los demás concejales radicales presentó un proyecto de investigación y estudio que determinaría la fecha exacta de la fundación de Azul. Esta investigación recién la terminó él personalmente en 1932 cuando Porro ya no era concejal.[ii] Su inclinación por la historia lo encuentra en 1928 como Director del Archivo de Azul.
En 1927 la familia completa de sus sobrinos Pelle Porro se mudó a Buenos Aires, pero Don Vicente siguió comunicándose con ellos por carta o los iba a visitar y los fotografiaba. Recordaban esas visitas con nostalgia, pues significaban para ellos que los lleve a comer en restaurantes o a algún teatro, o simplemente a conocer lugares interesantes de la Capital, pero finalmente se fueron espaciando los contactos cada vez más.
Vicente siguió en Azul por el resto de sus días donde formó su propia familia con Arcelia Murgiarte. En 1940 llegó su primera hija, Violeta, para ser seguida en 1942 por Angélica, quienes han conservado no sólo recuerdos respetuosos, sino otras fuentes muy útiles para la reconstrucción histórica vinculada con Porro.
Para la elaboración biográfica del resto de su vida productiva, nos fue de gran valor el aporte de sus hijas, en forma de documentos, artículos periodísticos, publicaciones y cartas de ellas, así como también documentación y actas que nos enviara el Comité Azul de la UCR. Toda su actividad fue tan vasta dentro de la comunidad de Azul, que por estar limitados en espacio para el presente estudio, sólo nos limitaremos a intentar un mero enunciado de su producción y accionar públicos a partir del alejamiento de sus sobrinos a fines de la década del 20.
Actuó en la Municipalidad de Azul en la Comisión del Centenario de la fundación de Azul en 1932; fue Director del Archivo Municipal, integrante de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Azul, Secretario de la Comisión Pro-Fomento Vial Municipal; en 1955 fue designado miembro de la Comisión Municipal de Investigaciones Históricas del Partido y ocupó la Presidencia desde 1957 hasta su muerte. En el comité radical "Hipólito Irigoyen" fue Presidente de la Comisión de Fomento en 1930. Por su labor como historiador, en 1964 fue nombrado Miembro Correspondiente de la Junta de Estudios Históricos de San José de Flores. En 1955 fue Presidente de la Sociedad Rural de Azul. Desde 1953 y hasta su muerte fue director del Museo Etnográfico y Archivo Histórico "Enrique Squirru", que había sido fundado en 1945 y al que se había incorporado el patrimonio del museo que existía en la Biblioteca Popular. Dentro del Museo se dedicó principalmente a la prolija y personal organización del Archivo y su gran contribución fue que clasificó por año, por letra y por tema, en carpetas separadas, todos los documentos existentes, manejándose dentro del Museo como si fuera su propia casa.
De sus publicaciones y escritos, que van desde 1906 hasta 1964, hemos detectado su presencia en los siguientes:
1906 - "Juventud", Revista ilustrada de actualidad literaria y social.
1922 - "Proyecto de consorcios camineros municipales"(manuscrito inédito)
1925 - "Ordenanzas" y proyectos presentados al H.C. Deliberante de Azul (folleto).
1929 - "La Biblioteca Popular de Azul desde su Fundación" (libro).
1957 - "Coronel Don Pedro Burgos", Folleto Nº 1, Museo Etnográfico de Azul.
1961 - "La escuela de Azul desde 1832", Diario El Tiempo, 26 a 30 de marzo, 1961.
1962 - "Algunos antecedentes sobre el Azul antiguo", Diario El Tiempo, Diciembre de 1962.
1962 - "Documentos poco conocidos de Azul", Folleto Nº 2, Museo Etnográfico de Azul.
1963 - "Nueve nombres de calles de Azul", Diario El Tiempo, Diciembre 16, 1963.
1963 - "Catálogo General Ilustrado", Folleto Nº 3, Museo Etnográfico de Azul.
1964 - "Antecedentes del Centenario de Azul". Folleto de 80 páginas.
El 19 de marzo de 1965 y no mucho tiempo después de publicar por su cuenta "Antecedentes del Centenario de Azul", con 78 años lo sorprendió la muerte estando aún en plena actividad[iii]. Sus restos fueron sepultados en la bóveda familiar del cementerio de Azul, junto a sus padres italianos y otros familiares, con el dolor de su familia y de la cultura de Azul.
Pero los silenciosos trabajadores que escriben e investigan, y que se relacionan con los demás seres humanos no desaparecen. Viven en sus escritos, en sus investigaciones, en sus obras y en los recuerdos de quienes por más que pasen los años se beneficiaron con su presencia y enseñanzas. Por medio de los relatos y de las contribuciones institucionales fue posible descubrir facetas "luminosas" del historiador azuleño Vicente Porro. La memoria de sus sobrinos e hijas dieron vida a la vida cotidiana, principalmente en lo relacionado con sus acciones en el ámbito privado y rural, mientras que otros documentos tradicionales sirvieron para la reconstrucción de su tarea pública, aportando de esta manera a la recuperación de otro lado de la historia del pueblo bonaerense de Azul.
Bibliografía:
BARBIERI, Mirta Ana. Los relatos de vida de mujeres, en Temas de Historia Oral, Primer Encuentro Nacional de Historia Oral. Buenos Aires, 1995.
FOLGUERA, Pilar; Como se hace historia oral. Madrid, EUDEMA, 1994.
PORRO, Vicente J.; Antecedentes del Centenario de Azul, Diario del Pueblo, Azul, 1964.
PORRO, Vicente J.; Catálogo General Ilustrado, Museo Etnográfico y Archivo Histórico de Azul. Folleto Nº 3. Azul, 1963.
PORRO, Vicente J.; Coronel don Pedro Burgos, Museo Etnográfico y Archivo Histórico de Azul. Folleto Nº 1. Azul, 1957
Entrevistas a:
-Violeta Porro (58) y Angélica Porro (56), hijas de Vicente Porro, en 1998.
-Amanda Pelle (83), Yolanda Pelle (82), Edmundo Pelle (85), Isabel Pelle Porro (92), sobrinos de Vicente Porro, en 1998.
-Margarita Pelle (57), sobrina nieta de Vicente Porro e hija del sobrino Vicente Pelle Porro, en 1998.
Otras Fuentes:
1- Cartas de Vicente Pelle a Amanda Pelle, 1984 y 1994.
2- Escritos tipo memorias de: Amanda, Edmundo, Isabel y Yolanda Pelle Porro.
3- Informe sobre la actuación de Vicente J. Porro emitido especialmente por el Comité de la UCR de Azul, 8/9/98.
[i]Porro, Vicente J.; Catálogo General Ilustrado, Museo Etnográfico y Archivo Histórico de Azul, Folleto Nº 3, 1963. pp. 14, 16, 17 y 18.
[ii]Porro, Vicente J.; Antecedentes del Centenario de Azul, Diario del Pueblo, Azul, 1964.pp. 10-21.
El Concejo determinó el 16 de Diciembre de 1832 y Porro, en esta concienzuda investigación publicada en 1964 concluye que es el 6 de Diciembre de 1832.
Creado: 2015-11-19 12:39:07 - Modificado: 2015-11-19 12:45:08
Marcos Deluca - ([email protected]) dijo:
Excelente, me parece perfecto que estas historias de vida se divulguen den a conocer , me tome el atrevimiento de compartirlo en mi página "Ciudad de Azul" bajo el título "Historias del Azul" (como siempre lo hago con todo este tipo de material) , y si Uds están de acuerdo, cuando tengan nuevas publicaciones ,las puedo compartir en esta página,(mi página) que el único interés que tiene es dar a conocer a nuestro Azul y nuestras Historias al mundo entero, sin ningún tipo de beneficio o lucro alguno, saludos cordiales, Marcos Deluca
2015-11-19 13:12:43
Vicente Pablo - ([email protected]) dijo:
Hola, soy Vicente, nieto del protagonista e hijo de Violeta, que si me permiten corregir, es la hija menor y nacida en el 43, siendo Angélica la mayor. Mi madre me ha contado bastante a pesar de haber perdido a su padre luego de su cumpleaños numero 20, por lo cuál muchas otras cosas las supe de acá. Si recuerdo haber conocido a Cesar Pelle a quién ibamos a visitar en Mar del Plata cuando yo era chico. Los felicito y agradezco darme a cococer a mi abuelo. Saludos
2020-04-29 22:07:49
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